Señor, permíteme ser hábil en el argumento, preciso en el análisis, estricto en el estudio, franco con mis clientes y honesto con los adversarios. Siéntate a mi lado en mi escritorio y escucha conmigo las necesidades de mis clientes, lee junto a mí en la biblioteca y permanece a mi lado en la vista, para que hoy, al tratar de ganar un caso, no pierda mi alma.
IUS SEMPER LOQUITUR
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